¿Por qué hago One2Ones con gente con quien no tengo reporte directo?
Canal CEO - Mollera abierta
(Esta sección es una ventana a la forma en que me organizo y pienso destinada al equipo que me acompaña en un determinado momento, no porque me parezca singular o digno de atención alguna, sino porque resulta a veces más sencillo tirar del hilo hacia la fuente para entender algunas prácticas y decisiones.)
Porque, sencillamente, una cosa es el canal de reporting (competencias, equipos, que requieren más o menos estructura según su misión) y otra el canal de comunicación. Cuando se confunden ambos deja de fluir la información de la forma más eficiente posible, se forman cuellos de botella (en la gran empresa se llega incluso a “traficar” con la información), y no somos capaces de reaccionar con agilidad en cada momento.
Hay innumerables casos de fracasos organizativos ocasionados por una confusión de ambos conceptos. Aquí cualquiera tiene que poder disparar una pregunta a cualquier otro, esté donde esté ubicado en el organigrama.
Con lo cual me quedo realmente a medias respondiendo a la pregunta, pero sigo: a mi me aporta muchísimo valor entender las prioridades y recabar las ideas de todo el mundo. Concretamente:
En el flujo de ida (yo hablo) puedo comunicar mejor la visión de la empresa o situación de lugar en función de la experiencia o punto de partida -información previa- de cada interlocutor
En el flujo de vuelta (yo escucho), descubro cosas que a través del filtro de reporting se puedan haber quedado por el camino con relación a la motivación del equipo. Pero además se suma a ello un premio ocasional: a veces las ideas más brillantes están en los lugares más recónditos.
¿Riesgos? Muchos. A botepronto:
No es raro que adelante yo información por un canal informal que podría haber tenido un impacto más beneficioso de haber fluido antes hacia abajo por su canal de reporting (para empezar, afianzando la credibilidad del gestor al cargo). Esto se soluciona con una alineación previa mía con dicho gestor, pero sigo pensando que lo perfecto en frío es enemigo de lo bueno en caliente, y que vale más seguir adelante con el intercambio en toda su torpe espontaneidad que retrasarlo una semana por miedo a mear fuera del tiesto.
Al no haber un orden claro en estas conversaciones porque no podría hacer otra cosa si mi calendario cubriera a un grupo amplio de personas todos los meses, mis invitaciones siguen un orden igualmente caótico, determinado por puro instinto. Esto podría provocar la impresión de que presto más atención a ciertas competencias, aunque para nada es así.

